sábado, 14 de agosto de 2010

Relaciones destructivas... ¿Se pueden prevenir?


Por Psic. Martha Gálvez. Psicóloga Católica.

Dicen los conocedores que las relaciones humanas en México atraviesan, cada vez con más frecuencia, diversas crisis en ámbitos como el familiar, laboral, social, lo que las hace vulnerables a crisis, desgaste emocional y físico y hasta rupturas.


Es común encontrarnos con casos de violencia en el noviazgo, represión familiar ante hábitos que van en contra de los "principios éticos y morales" impuestos por las figuras de autoridad, escenas de maltrato emocional en el matrimonio ante constructos sociales respecto al género, maltrato psicológico por algún compañero de trabajo, etc.

Lo cierto es que cada vez más, el empoderamiento, la seguridad y la confianza en uno mismo, va perdiendo terreno, por la falta de criterios que nos permitan entender lo que nos engancha a dichas relaciones, y poder con ello tomar decisiones para nuestro bienestar.

Hace falta mencionar hacia dónde nos llevan esas relaciones, me refiero a la forma de "canalizar" la falta de entendimiento de lo que está pasando: drogas, alcohol, prostitución, infidelidad, depresión, conflictos en la educación de los hijos y abandono de sentimiento de bienestar, son algunas de las repercusiones, cuando no somos capaces de analizar el origen de estas relaciones, y su correcto manejo a traves de una inteligencia emocional que nos permita reconocer a la persona que se encuentra dentro de nosotros.

La relación destructiva se caracteriza por la presencia constante de agresión emocional, psicológica y física que conlleva al menosprecio de la persona afectada. En este estado es dificil desengancharnos, porque la poca satisfacción que podemos encontrar, la vemos en la necesidad de ser reconocidos por otro, aún cuando este reconocimiento sea solo para herirnos y hacernos daño.

Una terapia que nos ayude a manejar las relaciones destructivas, puede ser una buena opción para analizar la situación en perspectiva, es decir, verla desde afuera, para que el paciente entienda el proceso que se da en la relación, y proponer cambios de acuerdo a lo visto. Con ello se logrará reconocer, dignificar y construir relaciones sanas, para una mejor calidad de vida.